domingo, 31 de marzo de 2013

HISTORIA DE UN PESCADOR


 














Hace unas semanas ha empezado la temporada de captura en la costa del cantábrico del verdel o caballa.










 
 
 
 
 
 
Los pescadores se levantan a las 5 de la madrugada para salir a faenar, a esas horas nocturnas cuando todo el mundo estamos descansando, ellos salen en busca del verdel, da igual el frío que haga, lo que llueva o que tengan mala mar, ellos salen de igual manera. No saben si tendrán un buen día de pesca, si el pescado que cogerán tendrá el tamaño deseado, pescando con el arte tradicional del anzuelo para respetar el medio marino (por desgracia no todos lo hacen) y a todo eso, que no es poco, se le suma todas las trabas que se les pone desde los gobiernos: falta de ayudas, vedas cada vez más cortas, (bueno, para unos más que para otros), descenso del precio del pescado,  subidas del gasoil.

Después de 12 horas de duras condiciones de trabajo, llegan a puerto a descargar el pescado, con ayuda de las neskatillas, quienes se encargan de pesar el pescado depositado en cajas  por los marineros. Antes de pesar, se hace una subasta en la cual los mayoristas pujan para comprar el verdel.

Una vez realizada la compra-venta se entrega el producto a cada mayorista.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La mayoría de las veces, cuando los cocineros queremos hacer un plato, pensamos en  lo que queremos preparar y cogemos el teléfono, llamamos a nuestro proveedor y le decimos que nos lo mande cuanto antes o que para cuando nos lo podría conseguir, sin preocuparnos, casi nunca, del trabajo que hay detrás de ese producto.
Esto platos son un ejemplo del trabajo final de los sacrificados pescadores
Gracias por vuestro trabajo
 



Huevas de caballa a baja temperatura con cous cous de verduras




 
Caballa en su propio jugo con verduras ahumadas